Todo lo que nos puede dar la música

Cada vez agradezco más el contar con un buen oído, porque muchos de mis días cambian cuando enciendo la radio y escucho una canción que me gusta. Es más, es que mi alarma es una canción que elijo y voy cambiando cuidadosamente. Creo que me resultaría difícil renunciar a ese pequeño placer diario.

La música es con seguridad mi gran pasión, de hecho siempre he pensado que si tuviera que trabajar en algo distinto, haría todo lo posible porque fuera en algo relacionado con ella. Y qué mejor día que hoy para hablar de cómo nos puede ayudar la música en lo emocional.

Es evidente que muchas melodías tiene una capacidad enorme para provocar emociones, desde que se nos salten las lágrimas, hasta hacernos sonreír. Y no sólo por la capacidad que tiene de evocar momentos o traernos recuerdos, sino por la propia música en sí. Y es que difícil imaginar al ser humano sin alguna manifestación musical, así que, si desde la prehistoria sentimos la necesidad de producir, escuchar y seguir ritmos es evidente que deben aportarnos mucho.

Si no fuera bastante con nuestra propia experiencia, o lo que sentimos con la música, hay estudios que apoyan que escuchar melodías alentadoras puede mejorar nuestro estado de ánimo, y como consecuencia predisponernos a ser más generosos con los demás.

Lo que nos cuentan las canciones también es importante, y puede servirnos para concienciarnos de muchas cosas, un mensaje en forma de canción llega de forma mucho más eficaz y se recuerda mejor. Varios estudios, sugieren que escuchar canciones con una mensaje concreto, ya sea de tolerancia o de cooperación, como por ejemplo “Respect” de Aretha Franklin, pueden hacernos más tolerantes y flexibles hacia un colectivo, las mujeres en este caso.

Otro efecto es la conexión que crea la música entre nosotros, sólo el hecho de movernos al mismo ritmo parece predisponernos más a cooperar unos con otros. Hay varios estudios tanto con niños como con adultos que parecen probar ese cambio en nuestra manera de conectar con otros.

También nos puede servir para mejorar nuestra prestación física y nuestra concentración, es frecuente ver la imagen de deportistas de élite que se aíslan con sus cascos antes de la competición. A parte del efecto motivador que puede tener, hay algunos estudios que apoyan la idea de que escuchar música mientras hacemos deporte mejora nuestro rendimiento y nuestra resistencia.

La música también reduce nuestro estrés y nos relaja, las longitudes de onda influyen en nuestro cerebro así que, escuchar música con un tempo lento contribuye a reducir nuestro nivel de activación y como consecuencia nos ayuda a relajarnos. Incluso sus efectos podrían ir más allá y se está investigando su efectividad para reducir el dolor.

También se está estudiando como afecta escuchar música para mejorar nuestra memoria y motivación, puede que no sea un distractor sino todo lo contrario, mientras estudiamos.

Podría seguir hablando de las múltiples ventajas que tiene a nivel cognitivo el aprender a tocar un instrumento, o hablar de lo beneficios que se ha demostrado la musicoterapia en trastornos del espectro autista.

Pero por hoy quería centrarme en lo más asequible para todos, que es simplemente darle al “play”, escuchar y dejarnos llevar por todo lo que la música puede darnos.