¿Qué sería de nosotros si dejáramos de pensar tanto? Muchas veces no nos vendría nada mal, creo que todos hemos dicho alguna vez aquello de, me gustaría dejar de pesar en esto. Parece misión imposible parar nuestra mente, a veces es como si tuviéramos una radio encendida todo el tiempo, y uno está deseando poder apagarla. Aunque parezca imposible existen técnicas que nos pueden ayudar, y creo que cada uno puede encontrar la suya desde técnicas de relajación, hasta distintos tipos de meditación.
Las técnicas de relajación pueden ser muy útiles si lo que buscamos es que haya unos minutos de calma, y queremos también relajar nuestro cuerpo. Algunas se centran en la visualización, así que nos piden que nos imaginemos en diferentes situaciones. Otras buscan que te fijes en las sensaciones de tensión y relajación muscular. En cualquier caso tratan de que tu concentración vaya hacia esas imágenes o sensaciones, y de ese modo que aparquemos por un tiempo el estrés del día a día.
Por otra parte existen las técnicas de meditación, en contra de lo que se suele pensar, meditar no es no pensar, o dejar la mente en blanco. No podemos estar conscientes y sin pensar, es imposible, por eso meditar consiste en procurar mantener nuestra atención centrada en una sola cosa, es un ejercicio de atención plena. Así que, sí pensamos, pero procuramos que nuestra mente se centre en algo. Dependiendo de la técnica puedo concentrarme en mi respiración, en un mantra, en un objeto, o en una zona de mi cuerpo.
La meditación, como casi todas las cosas que parecen sencillas, resulta muy complicada al principio, si lo habéis probado ya lo sabéis. Cuando empiezas a meditar te das cuenta de lo disparado que está tu cerebro, porque una y otra vez te concentras, y una y otra vez tu mente se va a pensar cualquier otra cosa, como si fuera un crío desobediente.
Y es que es normal, hoy en día estamos atentos a montones de estímulos diferentes y nuestro cerebro está acostumbrado a rendir a ese ritmo. Así que, es como un niño al que estamos educando, y le cuesta que de repente le digamos que ahora en vez de atender a cinco cosas a la vez, tiene que concentrarse en como el aire entra y sale de tu nariz. ¡Cómo no se va a rebelar! …Pero aunque cueste, meditar tiene muchas ventajas para nuestro bienestar.
Practicar la meditación con frecuencia es una manera excelente de educar nuestra mente para conseguir estar más presentes y concentrados en el día a día, incluso muchas empresas punteras han empezado a incluir entre sus actividades los grupos de meditación, ya que parece que contribuye a mejorar la concentración e incluso la productividad.
Son muy conocidos los estudios sobre los efectos neurológicos de la meditación que llevó a cabo Richard Davidson, consistieron en ver, mediante resonancias magnéticas, cómo funcionaba el cerebro de monjes budistas, expertos meditadores.
Esos estudios concluían que el cerebro de personas con una rutina de meditación, tiene una mayor actividad en la zona del cortex prefrontal izquierdo, que se asocia a una actitud más positiva y entusiasta ante la vida. También poseían mayor densidad en la corteza cerebral. Parece por tanto que incluir la meditación como práctica habitual, a parte de relajar, contribuye también a mejorar nuestra atención, nuestra capacidad de aprendizaje y mantiene nuestro cerebro en forma. Y según Davidson, basta una rutina de unos pocos minutos al día para obtener beneficios.
Pero no nos engañemos, estas ventajas solo llegan si como con cualquier entrenamiento, lo hacemos con constancia. Puedes iniciarte en la meditación por tu cuenta, hay muchos recursos accesibles para todos, o acudir a un centro en el que te den las claves para la práctica. Si te interesa, no lo pienses demasiado, busca unos minutos al día y empieza a entrenar tu cerebro.