A lo largo de las últimas semanas varias personas me han preguntado si inviernos como el que este año estamos pasando en España, puede influir negativamente en nuestro estado de ánimo o incluso aumentar los casos de depresión.
Es cierto que en nuestro país no estamos acostumbrados, ya no tanto al frío, que sí es más frecuente en algunas zonas, sino sobre todo, a la falta de luz y días grises de este invierno. He oído quejarse a más de una persona diciendo que necesita sol, o que los días grises le producen ansiedad; la realidad es que a la mayoría nos gustan los días soleados y los días lluviosos están asociados a la tristeza. Pero la pregunta de si el clima influye realmente sobre nuestras emociones, más allá de apreciaciones subjetivas, sigue siendo objeto de estudio.
El manual diagnóstico DSM-IV reconoce entre los trastornos del estado de ánimo el Trastorno Afectivo estacional, que se refiere a la aparición de síntomas depresivos asociados a la llegada del otoño o el invierno. Atribuyen estos síntomas a la falta de luz, que provocaría cambios en el funcionamiento de dos hormonas que regulan el ciclo vigilia-sueño, la melatonina y la serotonina. Con la falta de luz aumentaría la producción de melatonina y con ella la sensación de fatiga y somnolencia, que asentarían las bases para una depresión, y disminuiría la producción de serotonina que está asociada a un mayor nivel de energía y actividad. Sin embargo, este tipo de trastorno estacional también puede producirse durante el inicio de la primavera o el verano, por lo que aún queda mucho por estudiar al respecto. Las personas afectadas tendrían una sensibilidad especial a esa disminución de la exposición a la luz solar, ya que, aunque la incidencia de casos es mayor en países nórdicos, no es tan alta como para pensar que el clima invernal nos afecta a todos por igual.
Otros estudios recientes, han puesto en duda la relación entre el clima y estado de ánimo, en un estudio reciente, realizado en Alemania, Japp Denissen no encontró una relación significativa entre estos dos factores. En su estudio se encontró una pequeña relación entre condiciones climatológicas invernales, como lluvia o viento y sensaciones de tristeza o cansancio, pero la relación era tan pequeña que no permite establecer una conclusión concreta, en cambio lo que sí quedó patente es que los días soleados no contribuían a mejorar el humor de las personas objeto del estudio. Dos estudios anteriores, Watson 2000 y Keller en 2005, llegaban a conclusiones similares y descartaban que nuestro estado de ánimo se vea tan influido por el tiempo. Y es que el clima no tiene porqué influir en nuestras emociones por igual, ya que lo que podría estar influyendo es más un factor cultural y no factores biológicos asociados a la falta luz.
Precisamente los factores culturales pueden ser los responsables de la sensación de tristeza que tienen muchas personas este invierno, quién no ha tenido que modificar sus planes porque una vez más hacía mal tiempo, quién a lo largo de este invierno no ha terminado por quedarse en casa porque daba pereza salir con la lluvia, aunque luego se haya sentido aún peor.
Estar activos y hacer cosas que nos satisfagan influye de forma clara sobre nuestro estado de ánimo, y quizás la falta de costumbre hace que no sepamos mantenernos tan activos, o hacer cosas que nos agraden cuando el tiempo no acompaña, y si las actividades placenteras disminuyen es bastante probable que nos sintamos más tristes.
En definitiva que nos encontramos ante una cuestión que aún despierta discusiones dentro del estudio de las emociones, lo que sí es cierto y he notado es que el que el tiempo nos influya depende en gran parte de nuestra actitud ante él, y al final en muchos casos es una cuestión de gustos, hay quien disfruta los días de lluvia y en cambio sufre muchísimo con el calor en verano, hay a quien la lluvia le produce una melancolía agradable, o a quien le relaja. Pero nos guste el invierno o el verano, lo cierto es que el tiempo es una de esas cosas que no podemos modificar a voluntad, si tratamos de aceptarlo y disfrutar de nuestro tiempo haga sol, frío o llueva nuestro estado de ánimo lo agradecerá.