Vamos a describir las principales disfunciones sexuales que sufren las mujeres y que con mayor frecuencia vemos en nuestro gabinete.
Anorgasmia
Es una disfunción bastante frecuente, sin embargo hay pocas mujeres que acudan a consulta por ello, lo habitual es que se acuda a consulta por otras causas y se detecte a lo largo de la terapia. Hablamos de anorgasmia cuando, de forma repetida, una mujer es incapaz de alcanzar un orgasmo. Las mujeres tienen más dificultad que los hombres para conseguir el orgasmo, se podría asegurar que la mayoría de las veces en que un hombre eyacula, también disfruta de un orgasmo, sin embargo no ocurre lo mismo en las mujeres, sólo una de cada tres alcanza el orgasmo sin dificultad, e incluso muchas mujeres no han podido llegar al clímax en toda su vida sexual.
Estos se deben a que para que una mujer alcance el orgasmo las fases de estimulación y excitación previas son muy importantes y deben desarrollarse de forma adecuada. Hay que tener en cuenta que la cantidad de estimulación necesaria para provocar el orgasmo femenino varía de una mujer a otra, y también según las circunstancias en que se efectúa la relación. Si pese a tener una adecuada estimulación, la anorgasmia se repite, entonces se convierte en un problema.
Las causas pueden ser de dos tipos: Orgánicas (que en realidad sólo constituyen el 5% de los casos aproximadamente) como diabetes, alcoholismo, carencias hormonales o lesiones pélvicas, entre otros, y las Psicológicas, las más frecuentes, producidas por una mala educación sexual que favorece sentimientos de vergüenza o culpa respecto al propio placer, experiencias traumáticas o la simple falta de información y conocimientos sobre el propio cuerpo.
Para superar la anorgasmia es importante hablarlo tranquilamente con la pareja, acudir a un especialista y seguir el tratamiento indicado. La decisión de acudir a terapia es muy difícil de tomar, ya que existen temores sobre cómo se desarrollarán las sesiones.
El objetivo principal de estos tratamientos es lograr que la mujer viva la experiencia sexual sin temores ni culpa, buscando disfrutar del contacto sexual y descubrir que es lo que a ella le produce placer. La idea es crear un ambiente no exigente, que permita el tener una actitud diferente en cuanto al sexo, para ello se programan ejercicios a realizar en casa y se trabaja sobre las creencias relacionadas con la experiencia sexual. Con esto se logra eliminar los obstáculos inmediatos que se oponen a un buen funcionamiento sexual.
El Vaginismo
Es una disfunción consistente en el espasmo involuntario de la musculatura pubocoxígea, que rodea el tercio externo de la vagina, ante los intentos de acercamiento a ella. Cuando la mujer intenta introducir algo en la vagina esta se cierra dificultando notablemente la penetración. Si se produjera la penetración sería dolora, aunque lo habitual es que no llegue a producirse, ya que la pareja desiste.
La contracción muscular es automática e involuntaria, por lo que la mujer no puede controlarla, se produce por miedo al dolor en la penetración; en la mayoría de los casos de vaginismo a parte de en la penetración hay dificultades para utilizar tampones o en la visitas ginecológicas, de hecho muchos ginecólogos son los primeros en detectar esta disfunción.
Las causas son diversas, puede tratarse de un miedo aprendido en experiencias de penetración dolorosa, es frecuente en casos de violación, pero también por primeras experiencias sexuales desagradables o en casos en que ha habido dolor durante el coito por la causa que sea. En otros casos la causa puede ser una educación muy estricta en cuanto a la sexualidad, o se haya dado mucha importancia a lo dolorosa que es la primera experiencia sexual.
El tratamiento del vaginismo consiste en un programa altamente efectivo que ayudará a la mujer a perder el miedo a la penetración, con ejercicios a realizar en su casa; todo ello se complementa con un trabajo individualizado dependiendo de cada caso, en que se trabajarán todos los aspectos que se consideren necesarios.
La Dispareunia
Hablamos de Dispareunia cuando existe dolor o molestias durante el coito. A diferencia del vaginismo en la dispareunia sí llega a haber penetración, pero la mujer experimenta dolor.
Durante la penetración, las mujeres pueden experimentar molestias e incluso dolor. En algunos casos esto es normal, como las primeras veces o debido a una determinada postura. Pero no es normal si se tiene siempre o con gran frecuencia. La mayoría de las ocasiones el dolor se debe a una causa física, como enfermedades o deformaciones en el aparato genital, pero en algunas ocasiones, la dispareunia se debe a problemas psicológicos producidos por malas experiencias anteriores, como abusos, alguna experiencia con penetración violenta, o simplemente a una educación sexual inadecuada. Ante este problema, la única solución es acudir inmediatamente al especialista, el cual determinará la causa de la dispareunia y determinará el tratamiento más adecuado.