Al hablar de disfunciones sexual nos referimos a los casos en que por algún factor, sea psicológico o físico, hay dificultades para mantener una relación sexual satisfactoria. Las disfunciones masculinas por las que se consulta con más frecuencia son la disfunción erectiva y la eyaculación precoz.
La Disfunción Erectiva
Es la incapacidad del hombre para obtener o mantener una erección suficiente para realizar un coito satisfactorio, si estas dificultades aparecen de forma continuada conviene consultar con un especialista. Sin embargo, no hay que darle mayor importancia a que exista algún episodio de falta de erección, ya que todo hombre puede sufrirlo por diversas causas; por ejemplo en las primeras relaciones con una nueva pareja, por haber toma alcohol en exceso o simplemente por estrés.
Las causas de la disfunción erectiva pueden ser orgánicas: de origen anatómico, genitourinario, endocrino, infeccioso, neurológico, vascular, por abuso de drogas. Sin embrago las causas más frecuentes suelen ser psicológicas, debidas a factores afectivos, de desarrollo, interpersonales, de conocimientos, ansiedad, miedo al fracaso, inseguridad, eyaculación precoz previa, etc.
En la mayoría de las ocasiones, la primera situación de falta de erección durante una relación provoca una gran ansiedad. La mayoría de los hombres se sienten frustrados y humillados ante una situación así y en caso de repetirse pueden caer en un estado depresivo que sólo sirva para agravar el problema. El hombre reacciona negativamente, y en la siguiente relación sexual, está más preocupado por conseguir la erección que por dejarse llevar y disfrutar del momento; con lo cual dificulta muchísimo el que la erección pueda producirse. Cuando el problema se repite, termina por convertirse en una pesadilla, el hombre tiene más ansiedad y se convierte en un verdadero problema a la hora de mantener relaciones sexuales.
El tratamiento en este caso va a depender de cuáles sean las causas de la disfunción, pero en líneas generales el objetivo será reducir la ansiedad ante la relación sexual mediante información adecuada y también ejercicios a realizar en casa, de ese modo se trata de conseguir recuperar la satisfacción en las relaciones sexuales.
Para tratar la disfunción erectiva es imprescindible la ayuda de un especialista, pero también es esencial la reacción de la pareja. Es importante quitar importancia a este asunto, sin tener reacciones negativas como enfados o pedir explicaciones sobre una supuesta infidelidad, ya que si no sólo se conseguirá que la ansiedad por la falta de respuesta sexual aumente. Aunque la Viagra, una pastilla que permite mantener la erección, puede ayudar momentáneamente, no es la solución de la impotencia. Lo mejor es hablar con la pareja relajadamente sobre el problema, ser sinceros, seguir los consejos del especialista y ambos podréis superar juntos ese bache. Además, la vida sexual de una pareja no está limitada a la penetración, hay muchas maneras de mantener vivos el deseo y la sexualidad mientras llega la solución médica o psicológica.
La Eyaculación Precoz
Es la incapacidad de ejercer un control voluntario sobre el reflejo eyaculatorio, es decir, la eyaculación sorprende sin poder controlarla y puede aparecer bruscamente o paulatinamente. Como en la disfunción erectiva las causas de la eyaculación precoz pueden ser orgánicas debido a afecciones de uretra o próstata, así como otras patologías que alteran los mecanismos reflejos de la eyaculación. Las causas orgánicas son sin embargo las menos frecuentes, la mayoría de los casos se deben a causas psicológicas como ansiedad, inseguridades, miedo al fracaso y sobre todo no haber aprendido a tener un control eyaculatorio.
Si la cantidad de estímulos sexuales recibidos es suficiente, en las primeras relaciones sexuales la casi totalidad de los hombres tienen poco control eyaculatorio, conforme van teniendo experiencias sexuales, si van teniendo tranquilidad tanto ambiental como psicológica, se dan cuenta de que pueden percibir diferencias en las sensaciones preeyaculatorias, eso les ayuda a tener un mayor control.
El tratamiento se basará en aprender a conocer las propias sensaciones y sobre todo a desmitificar la idea de durar más, olvidándose de disfrutar de la relación. Ya que centrarse en las propias sensaciones ayudará a sentir menos ansiedad y es el primer paso para adquirir un mayor control.